TORRE ATALAYA DE COLOMERA

TORRE ATALAYA DE COLOMERA - Foto: Juan Antonio Martín Jaímez

TORRE ATALAYA DE COLOMERA – Foto: Juan Antonio Martín Jaímez

Si eres de esas personas que se adentran en la historia y les gusta visitar las fortificaciones construidas durante la contienda hispano-musulmana, entonces, tienes que visitar la torre atalaya de Colomera, conocida también como Torre del Chopo, por encontrarse este baluarte muy cerca del Cortijo del Chopo.

Torre atalaya de Colomera

Si sigues los artículos que publicamos en Rincones de Granada, quizás te suene el nombre de “Cortijo del Chopo”. Efectivamente, en dicho cortijo, situado a las afueras de Colomera, sobre un escarpe rocoso que los colomereños llaman “las Mesas”, se encuentra la Necrópolis visigoda del Cortijo del Chopo. En esta Necrópolis se han documentado casi medio centenar de sepulturas rectangulares, construidas con lajas de piedra, siendo las más antiguas del siglo III de nuestra era.

La llegada de los musulmanes a Colomera tuvo lugar en torno al siglo X. Esto supuso la fortificación de la villa de Qulunbayra, como se llamaba a esta localidad hace más de mil años.

Tras la conquista de la ciudad jiennense de Alcalá La Real, allá por el 1341, a manos de las tropas castellanas al mando de Alfonso XI, los musulmanes comenzaron a reforzar y fortificar la línea que iba desde Píñar hasta Loja, y que fue durante bastante tiempo la frontera del reino nazarí. Los musulmanes plantearon como defensa, una red de fortalezas situadas en  Montefrío, Moclín, Íllora, Colomera, Iznalloz, Píñar, Huétor Tájar y Loja, que eran apoyadas por una serie de torres-atalayas, que se colocaron en casi cada cerro o promontorio.

TORRE ATALAYA DE COLOMERA - Foto: Juan Antonio Martín Jaímez

TORRE ATALAYA DE COLOMERA – Foto: Juan Antonio Martín Jaímez

Las torres-atalaya de esta parte de Granada, controlaban el acceso por los caminos en sus dos márgenes.

Las torres-atalaya, eran además una manera sencilla y económica de mantener la vigilancia en el territorio. Comunicaban cualquier amenaza, de forma rápida y efectiva a las fortalezas mayores. Solo se necesitaba un pequeño retén formado por dos o tres soldados en cada torre, para dominar un amplio espacio.

Colomera contó con varias torres-atalayas una de ellas la que traemos hoy a “Rincones”.

La torre atalaya de Colomera se encuentra, a más de 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar, sobre una pequeña colina, situada a unos dos kilómetros, en línea recta, del Castillo de Colomera. Desde esta privilegiada posición se domina todo el valle del río Colomera y el actual pueblo. Sin duda, esta atalaya servía para controlar el paso desde Jaén a la Vega Granadina.

La torre de Colomera es de planta planta circular, de unos 5 metros de diámetro, y desarrollo cilíndrico. Está realizada de mampostería, con hiladas más o menos regulares y pequeños ripios, sin llegar a formar verdugadas. Las piedras calizas están unidas por una argamasa de color terroso, con abundante cal y un árido muy fino. Se conserva algo menos de los 6 metros de altura, es decir, los dos tercios inferiores, que eran macizos. Recordemos que este tipo de torres-atalayas árabes, solían medir en torno a los 9 metros de altura, siendo los dos tercios inferiores macizos y el tercio superior hueco, que albergaba un habitáculo.

Sección de torre Atalaya - El patrimonio arqueológico medieval del Poniente granadino

Sección de torre Atalaya – El patrimonio arqueológico medieval del Poniente granadino

La cara Este de la torre atalaya de Colomera está parcialmente destruida, lo que permite ver cómo se han empleado, para el encofrado, palos redondos como mechinales. Asimismo se puede apreciar como se hacía el relleno de la parte inferior de la torre, que era maciza. Los nazarís realizaban hiladas circulares de piedra, más o menos regulares.

El acceso a la torre se hacia a través de una puerta-ventana, colocada a unos 6 metros de altura. Había que subir por una escalera, realizada de cuerdas o de madera, y una vez arriba se retiraba, para impedir que el enemigo pudiera acceder a la torre, evitando así que los atalayeros encargados de la vigilancia, fueran sorprendidos o capturados.
La puerta-ventana daba paso a un pequeño habitáculo cubierto con bóveda de medio cañón. Desde esta estancia se subía a la terraza, mediante una estrecha escalera. Desde la terraza, que tendría saeteras, y desde donde se hacían las señales de rebato, se vigilaba las tierras, hacia el norte de Benalúa de las Villas, y al oeste las tierras entre Colomera y Moclín.

La Torre atalaya de Colomera está considera Bien de Interés Cultural (B.I.C.) desde junio de 1993.

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