TORRE DE ROMILLA

Torre de Romilla - Soto de Roma

Torre de Romilla – Soto de Roma

En la Vega, a unos 20 kilómetros de Granada, en el lugar conocido desde tiempos árabes como Soto de Roma, se encuentra muy cerca del río Genil, una de las torres de alquería, que todavía queda en pie.

Las alquerías eran núcleos rurales de población musulmana, que por lo general contaban con una torre. Estas torres de alquería tienen su origen en las primeras etapas de Al-Andalus. Comienzan a adquirir en la época almohade un papel importante en el engranaje administrativo y territorial, desde ellas se centralizaba la producción y se recaudaban los tributos de sus respectivos distritos rurales o alquerías.

Las torres de alquería eran edificadas tanto por los mandatarios de la época, como por las comunidades de campesinos. Cometían una doble función, por un lado, eran un elemento defensivo, de vigilancia y alerta ante la llegada de enemigos, y por otro, servían de refugio de los campesinos y de sus cosechas, frente a las campañas de desgaste castellanas, que normalmente se hacían en los meses de mayo-junio, y que tenían la intención de mermar los abastecimientos de las ciudades y castillos del Reino de Granada.

La legendaria torre de Romilla fue levantada entre los siglos XIII – XIV. Como tantas otras edificaciones de alquería, la del Soto de Roma, está construida de mampostería. El tapial es de gran dureza, realizado con una mezcla de zahorra, tierras y cal. El ladrillo se emplea en las puertas, ventanas y escaleras.

La torre es de planta rectangular, casi cuadrada, con una base de 9.45 x 7.10 metros. Actualmente la torre se alza hasta los 14 metros de altura, aunque en su origen debió tener por lo menos dos metros más.

Cuenta con tres plantas cubiertas con una bóveda de medio cañón, terraza y aljibe. En las fachadas este, sur y oeste de la primera planta se encuentran varias aspilleras. Las ventanas están en la segunda planta (una en cada centro de fachada). La terraza probablemente estuviera almenada y dispondría de gárgolas para evacuar el agua de lluvia. Excavado bajo el nivel del suelo había un aljibe. La puerta de acceso se encontraba en el lado Este, a dos metros de la base, protegiendo la atalaya de las continuas inundaciones, y para dificultar la entrada a los enemigos. Esta torre tenía comunicación visual con la Alhambra y el Castillo de Moclín.

Torre de Romilla- Sección longitudinal recontruida ( izquierda) y actual ( derecha)

Torre de Romilla- Sección longitudinal recontruida ( izquierda) y actual ( derecha)

La historia de la Torre de Romilla todavía alberga algunas dudas. Se cita tanto una torre, como un castillo en el lugar del Soto de Roma. Las primeras referencias a las fortificaciones del Soto de Roma las encontramos en las crónicas de D. Álvaro de Luna en 1431, contando que esta torre fue quemada. En 1462 la torre fue atacada por Miguel Lucas de Iranzo, y sufrió un nuevo ataque en 1490.

Con la toma de Granada y la expulsión de los moriscos, el Soto de Roma quedó prácticamente deshabitado. Esta parte de la Vega pasó a formar parte del patrimonio directo de la Corona de los Reyes Católicos, agregándole desde entonces el nombre de “Real Sitio”. Las tierras del Real Sitio del Soto de Roma, estuvieron en manos directas de la monarcas durante más de 300 años. En 1765, Carlos III regaló la finca a Ricardo Wall, que había sido su ministro de Estado. Tras la muerte de Wall, el Soto de Roma volvió a formar parte de la Corona, siendo regalado luego a Manuel Godoy, ministro de Carlos IV. Con la caída de Godoy en Trafalgar el Soto, volvió de nuevo a la Corona.

En 1812 las Cortes de Cádiz cedieron las tierras del Soto de Roma, a sir Arthur Wellesley, primer duque de Wellington y sus descendientes, por la ayuda prestada contra las tropas napoleónicas en Salamanca.

Ya en el siglo XX, los descendientes de Wellington fueron vendiendo las parcelas de forma progresiva así como el área donde se encuentra la Torre de Romilla.

En 2011 debido al mal estado de conservación de la torre, el ayuntamiento de Chauchina, municipio al que pertenece Romilla, permutó estos terrenos con su propietario.
La permuta consistió en la entrega de 150 metros cuadrados de otros terrenos declarados como suelo urbano a cambio de la finca de la torre y un dinero acordado. Actualmente el propietario litiga en los tribunales para recuperar las tierras donde se asienta la Torre de Romilla.

Como curiosidad contar que Federico García Lorca, jugaba desde pequeño entre las ruinas de la Torre de Romilla. El poeta deja en sus obras pequeñas reseñas que hacen referencia al Soto de Roma, como Pepe el Romano de La casa de Bernarda Alba.

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