TORREONES DE LA MURALLA ZIRÍ

TORREONES DE LA MURALLA ZIRÍ - INTEGRADOS EN EL PAISAJE URBANO

TORREONES DE LA MURALLA ZIRÍ – INTEGRADOS EN EL PAISAJE URBANO

Cuando paseamos por la zona alta del Albayzín, una de las primeras cosas que sentimos es que estamos avalados por muchos siglos de historia. Su primer asentamiento se remonta a la época de los íberos, cuando era conocida como Eliberri. Durante el periodo romano se la nombró Municipium Florentinum Iliberritanu y más tarde Ilíberis. En ambos periodos, estos asentamientos estaban rodeados por murallas.

Con la llegada de los musulmanes a Granada, estos decidieron instalarse sobre esta misma zona, que tenía su centro en lo que hoy es la Iglesia de San Nicolás. La llamaron Alcazaba Qadima o Vieja y decidieron fortificarla. Para ello construyeron una imponente muralla sobre la ya existente de épocas anteriores. Su construcción empezó en la época califal, aunque  toda su entidad la alcanzó en el siglo XI, cuando ya existía el Reino de Granada. De la muralla, que medía 1,3 km, sólo se conserva un tramo de unos 400 metros, algunos paños en casas particulares y algunos torreones.

Torreón de la calle Guinea

Torreón de la calle Guinea

Los Torreones de la Muralla Zirí, formaban parte del sistema político y defensivo de la Alcazaba Vieja. Y desde ahí partían otros tramos de muralla. Hasta nuestros días han sobrevivido algunos: el Torreón de la Plaza de la Charca, el Torreón de la calle Guinea y el Torreón de la Placeta de las Escuelas, frente a la Iglesia de San Juan de los Reyes. Si bien, pasan desapercibidos por estar integrados en el paisaje urbano, merecen recalcarse por su importancia.

Los Torreones de la Muralla Zirí estaban íntimamente ligados con la coracha, que era un sistema de fortificación de muro o doble muro que protegía la comunicación entre la fortaleza y una torre llamada “torre del agua”. Esta torre custodiaba un pozo, fuente o aljibe que se hallaba fuera del recinto fortificado. Este elemento defensivo medieval era exclusivo de la Península Ibérica, y por tanto no existía en el resto de Europa.

Cuando la ciudad fue creciendo hacía la zona sur y oeste se empezó a construir fuera de los límites fortificados. Para ello se iban adosando viviendas a los paños de muralla y torreones. De esta manera es como han sobrevivido hasta nuestros días, sirviendo de pared, habitación o terraza de casas particulares. Este es el  caso del Torreón de la calle Guinea y el Torreón de la Placeta de las Escuelas, de los que sólo vemos uno de sus lados.

Los Torreones de la Muralla Zirí nos dan idea de la grandiosidad de una fortaleza, que si bien fue la primera muralla de Granada, no fue la única. Pero esa es una historia que contaremos otro día.

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