TORRE DE LA CANTERA DE VALENTÍN

TORRE DE LA CANTERA DE VALENTÍN
TORRE DE LA CANTERA DE VALENTÍN

En todo el territorio de la provincia de Granada se asientan un buen puñado de antiguas fortificaciones de origen árabe. Podemos ver desde restos de impresionantes alcazabas y castillos, en las ciudades más importantes, hasta estructuras defensivas más modestas como son las torres de alquería, y las torres atalayas. Todas ellas, tenían en común que intentaban impedir el avance de las tropas enemigas. Hoy nos acercamos a ver la Torre de la Cantera de Valentín, en la comarca de Huéscar. 

Huéscar y su entorno, fueron ocupados desde la antigüedad, aunque, como también sucede en buena parte de la provincia de Granada, el altiplano granadino tuvo su mayor auge y desarrollo con la llegada de los árabes, a partir del siglo XI. Se sucedieron importantes asentamientos en Huéscar, Orce, Castril, Galera, Castilléjar…, y aparecieron también las primeras fortificaciones, que constituyen la línea defensiva de la zona.

En el siglo XIV los emires Ismail I y Muhammad V, mandaron levantar torres atalayas en zonas estratégicas del territorio. Estas atalayas formaban parte del sistema defensivo y fronterizo de Huéscar y Baza. Estaban constituidas, por lo general, por torres de desarrollo troncocónico, construidas de mampostería, y llegaban a los 12 metros de altura.

Desde sus terrazas se podía vigilar una extensa área, y se tenía comunicación visual con otras torres del entorno. Los guardias de las torres avisaban rápidamente, a las guarniciones de Huéscar o Baza, de las posibles incursiones enemigas. Estos avisos se hacían mediante señales de humo durante el día y con hogueras por la noche.

ATALAYA DE VALENTÍN – Foto:Raphaelum

Las torres atalayas, eran además una manera sencilla y económica de mantener la vigilancia en el territorio, ya que  solo se necesitaba un pequeño retén formado por dos o tres soldados en cada torre, para dominar un amplio espacio. 

En el Altiplano granadino hay documentadas una treintena de torres atalayas de este tipo, 13 de ellas se encuentran en la comarca de Huéscar. Seis se localizan en el entorno más cercano al pueblo de Huéscar, que son las conocidas como Atalaya de Valentín, Atalaya del Campo o de Botardo, Atalaya de la Sierra de la Encantada, Atalaya de Sierra Bermeja, Atalaya Sierra del Muerto, y la Atalaya de Torralba. Con la conquista definitiva de Huéscar, por parte de los Reyes Católicos en el año 1488, estas torres atalayas cayeron en desuso. 

Atalaya de Valentín o Torre de la Cantera de Valentín.

La Torre de la Cantera de Valentín, llamada así porque se encuentra cerca de una antigua cantera, se localiza al Oeste de Huéscar. Es muy fácil de identificar y de acceder a ella. Se puede ver junto a un vértice geodésico, sobre un pequeño escarpe rocoso, a escasos metros de la carretera que une Huéscar con Castril. 

La torre, de la que apenas quedan en pie unas pocas hiladas de mampostería, unidas con una argamasa terrosa, está asentada directamente sobre roca caliza marmórea. El aparejo no es uniforme aunque aparecen hiladas, a veces, separadas por grandes ripios.

Sección de torre Atalaya - El patrimonio arqueológico medieval del Poniente granadino
Sección de torre Atalaya – El patrimonio arqueológico medieval del Poniente granadino – Miguel Jiménez Puertas ,‎ Luca Mattei

La Torre de Valentín, tendría una tipología muy similar a otras torres atalayas de la época y de la zona. Constaría de un cuerpo cilíndrico, de unos 11 o 12 metros de alto por unos 5 metros de diámetro. Los dos tercios inferiores formarían un cuerpo macizo, y en el tercio superior se encontraría una habitáculo, al que se accedería por una puerta-ventana de arco de medio punto, situada a unos 6 metros de altura. Para llegar hasta la puerta-ventana había que subir por una escalera, realizada de cuerdas o de madera, que se ponía y quitaba a voluntad.

La habitación, sería de reducidas dimensiones, estaría cubierta por una bóveda de mampostería y tendría otra ventana que daba hacia la zona de vigilancia. La estancia contaría con una escalera para subir a la terraza, que dispondría de un peto perimetral. Desde la terraza se divisaba todo el territorio a su alrededor, hacia el Este el altiplano de Huéscar y al Oeste Castril, y se hacían las señales, en caso de peligro, con humo y con fogatas.

La Torre de la Cantera de Valentín tiene contacto visual directo con las torres de Botardo, Sierra Encantada, Sierra Bermeja y Sierra del Muerto.

Deja una respuesta