ESCULTURA A FERNANDO DE LOS RÍOS

ESCULTURA A FERNANDO DE LOS RÍOS

ESCULTURA A FERNANDO DE LOS RÍOS

Si el otro día escribimos de la escultura a Francisco Palau, y vimos  como una persona de profundas ideas religiosas reformó el modelo de enseñanza de la catequesis, hoy toca su contrapunto, hablaremos de la escultura a Fernando de los Ríos, una obra que encarna un político transformador de la educación pública anticlerical, y defensor de la Institución Libre de Enseñanza.

Escultura a Fernando de los Ríos.

El conjunto escultórico que representa al político Fernando de los Ríos, centra la rotonda que hay frente al Parque de las Ciencias. Esta avenida que antes se llamaba carretera de Armilla hoy lleva el nombre de avenida Fernando de los Ríos.

La escultura fue inaugurada en 2005. Está formada por dos obras. Por un lado, una imagen realista realizada en bronce, de 3,5 metros de altura, que encarna la figura de Fernando de los Ríos, sujetando contra el pecho un libro. Y por otro, frente a ella, se alza una obra abstracta, de 4 metros de altura, titulada “Huecos de silencio”, que semeja una especie de árbol de hierro forjado. La obra fue realizada por el artista José Manuel Darro y el arquitecto Alejandro Muñoz Miran, binomio que ha trabajado en más de una ocasión. Las farolas geométricas, de la Gran Vía están diseñadas por ellos.

Fernando de los Ríos y Urruti

Fernando de los Ríos nació en la localidad malagueña de Ronda, en 1879, en el seno de una familia de clase media con propiedades agrícolas. Su padre era militar de infantería. 

Cuando Fernando contaba con apenas 4 años murió su padre. En 1895 la familia tuvo que trasladarse a Madrid. Allí Fernando inició sus estudios universitarios de Derecho bajo la tutela de Francisco Giner de los Ríos. En los últimos años del siglo XIX, Fernando, experimentó una crisis espiritual influido en gran medida por los artículos de Miguel de Unamuno. Esa crisis le alejó, durante el resto de su vida, de la práctica religiosa dentro de la Iglesia Católica, aunque nunca dejó de tener un sentimiento religioso.

En 1902 se trasladó a Barcelona por motivos laborales. Allí comenzó a escribir en diferentes diarios, conoció a su prima Gloria con la que se casaría años más tarde, y tomó contacto con otro de sus familiares: el político Hermenegildo Giner de los Ríos. 

El inicio del siglo XX, estuvo marcado por importantes movimientos intelectuales juveniles, que le llevaron a viajar entre otras ciudades por Madrid, San Vicente de la Barquera, Salamanca, y Málaga. Acompañó a Miguel de Unamuno en una gira de conferencias por diversas ciudades españolas, y además colaboró en la Institución Libre de Enseñanza. 

ESCULTURA A FERNANDO DE LOS RÍOS

ESCULTURA A FERNANDO DE LOS RÍOS

Pero Fernando de los Ríos no se quedó en España, quería conocer de primera mano lo que se cocía fuera, así que realizó un viaje de estudios por Francia, Bélgica, Inglaterra y Suiza.

En 1910, regresó a España. En esa época tuvo sus primeros contactos con el Partido Socialista y con Pablo Iglesias. 

Un año más tarde, obtuvo la Cátedra de Derecho Político de la Universidad de Granada. Se instaló en el Paseo del Salón, en una parte de la casa de Berta Wilhelmi. 

Su estancia en Granada fue intensa, no solo participó en renovar las instituciones universitarias, sino que presidió el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada. Se le atribuye ser el impulsor principal del Concurso de Cante Jondo de 1922. Era asiduo a las tertulias “El Rinconcillo”, donde trabó amistad con los intelectuales de la época: Angel Barrios, Manuel de Falla, Torres Balbás, Antonio Gallego Burín, etc.

En 1919 ingresó en el Partido Socialista Obrero Español, y al año siguiente fue elegido miembro del Comité Ejecutivo, representando la postura moderada del Partido Socialista. 

Salió elegido diputado a Cortes generales en las elecciones de 1919 por Granada, y en 1923 por Madrid, poco antes del golpe de estado de Primo de Rivera. 

Fernando tuvo una actitud hostil con el régimen dictatorial. Fue procesado por protestar contra el destierro de Unamuno a Fuerteventura y por el cierre del Ateneo de Madrid. 

En marzo de 1929, el enfrentamiento con el régimen de Primo de Rivera le llevó a renunciar a su Cátedra en la Universidad de Granada, a la vez que realizaba gestiones para poner en marcha una Universidad libre. A mediados de ese año realizó un viaje a Estados Unidos, en compañía de Federico García Lorca. 

Con la caída del Régimen, Fernando de los Ríos, volvió a su Cátedra granadina.

Cuando se proclamó la Segunda República, Fernando de los Ríos formó parte del Gobierno Provisional como Ministro de Justicia, en el gobierno presidido por Alcalá-Zamora. Posteriormente pasó a ser Ministro de Instrucción Pública en el Primer Gobierno de la República

El inicio de la Guerra Civil, en 1936, aceleró su nombramiento como embajador en Washington, donde permaneció hasta el final de la Guerra. 

Como personaje relevante de Granada, Fernando de los Ríos, tampoco se libró de protagonizar las carocas de 1937, en plena guerra Civil. Ese año fue dibujado como un vividor, tocando la guitarra y rodeado de manjares en la ciudad de los rascacielos.

Acabada la Guerra Fernando de los Ríos, siguió en América, siendo profesor en Nueva York de la New School for Social Research. Falleció en 1949 en su casa neoyorkina.

En honor a esta persona tan influyente, no solo como político sino también como intelectual, y humanista, la Universidad de Granada creó, en 1999, la Cátedra Fernando de los Ríos. Cátedra que tiene como objetivo hacerse eco de los temas que preocupan a la sociedad, en el momento en que se plantean, sin pretensiones academicistas y sin atender a barreras disciplinares. Para ello se organizan jornadas, seminarios, cursos, conferencias, foros de debate y otras actividades.

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