Si enriquecedor es pasear de día, por el entramado de pendientes, zigzagueantes callejuelas, encantadores cármenes, y restos históricos que nos ofrece el Barrio del Albaicín, más aún es, hacerlo justo antes de que caiga la noche, en esos momentos en los que los farolillos, junto a las casas, se van encendiendo. En ese instante cuando se filtran los últimos y tenues haces de luz por entre las calles, mezclándose con la luz que emiten los farolillos, las ventanas de las casas, y la majestuosa Alhambra, es cuando realmente este barrio cobra un cierto halo de misterio, digno de las mejores leyendas que han salpicado el Albaicín desde hace siglos.
Hoy hemos esperado justo a ese momento del día, para visitar el Aljibe de los Negros, una obra hidráulica de época islámica, construido a intramuros de la Alcazaba Qadima. Está situado en el nº16 Cuesta de las Tomasas, junto a las puertas del Carmen de Aben-Humeya, y muy cerca del aljibe de las Tomasas.
El Aljibe de los Negros pasa desapercibido para la mayoría de las personas que a diario transitan junto a él, y que aceleran el paso cuando ven que ya les quedan pocos metros de ascenso hacia la Cuesta de las Cabras, para alcanzar el mirador de San Nicolás.
El Aljibe de los Negros es uno de los aljibes de menor capacidad de todos los del Albaicín. Tiene un depósito capaz de albergar tan solo 15 metros cúbicos de agua, 15.000 litros. Se alimenta de la acequia de Aynadamar por un tomadero que hay junto a la Iglesia del Salvador. El depósito mide algo más de 3 metros de ancho, y sobrepasa escasamente los 3 metros y 50 centímetros de alto.
El Aljibe de los Negros es de planta circular, y de remate posee una cúpula con una lumbrera cenital. Este orificio de 56 centímetros de diámetro, en la clave de la bóveda, hace de brocal. Parece más este aljibe, una gran tinaja, una cisterna romana, o un silo, que uno de los aljibes islámicos que salpican el barrio.
Te recomendamos desde Rincones de Granada que te acerques al Aljibe de los Negros o de la Cuesta de las Tomasas a cualquier hora del día, no solo para descubrir uno de los aljibes más singulares de Granada, sino también por las espectaculares vistas de la Alhambra, y la imponente torre de Comares, que desde aquí puedes disfrutar.
