MONUMENTO AL GRAN CAPITÁN
Al comienzo del Bulevar de la Constitución, a la altura de la Plaza del Triunfo, encontramos un colosal monumento que llama nuestra atención. Es el dedicado a Gonzalo Fernández de Córdova: el Gran Capitán.
El Monumento al Gran Capitán preside la exposición permanente dedicada a diez granadinos relevantes que se encuentra ubicada en este Boulevard desde el año 2010. Este proyecto fue costeado por el Ayuntamiento y varias empresas granadinas, tanto públicas como privadas. A los pies de cada monumento hay una placa que indica quien lo sufragó.
La idea de este muestrario de personalidades se forjó en el año 2000, a partir de una encuesta del periódico Ideal, que hizo un sondeo entre sus lectores para preguntar por los cien granadinos más relevantes del siglo XX. Cuando se reformó el Boulevard de la Constitución, el Ayuntamiento retomó esta idea y de esa lista seleccionó diez personalidades para que formaran parte de esta exposición. Todos los monumentos están hechos por artistas granadinos o íntimamente ligados a nuestra ciudad.
El Monumento al Gran Capitán es obra de Miguel Moreno Romera, orfebre granadino de reconocido prestigio, que combina lo clásico con la mezcla de culturas. Sus obras tienen un marcado acento emotivo. Es también el autor del Monumento a San Juan de la Cruz, en el mismo boulevard, la Venus Ilíberis en los jardines de Fuente Nueva, o el monumento homenaje a Mario Maya en el Paseo de Los Tristes.
La obra, es con diferencia, la más singular de esta muestra, ya que es el único monumento que no está hecho a tamaño real, requisito que cumplen todos los demás granadinos ilustres que lo acompañan. Representa la cabeza del Gran Capitán realizada en chapa de metal forjada y soldada, y está hueca por detrás. La cabeza mide 1,50 m de alto y descansa sobre un pedestal de mármol.
Gonzalo Fernández de Córdova, el Gran Capitán, nació en Córdoba en 1453. Fue un reputado militar al servicio de Los Reyes Católicos. Amigo personal del rey Fernando, participó activamente en la Guerra de Granada, donde destacó por sus innovaciones técnicas. Fue un excelente diplomático y se encargó de negociar con el rey Boabdil la rendición de la ciudad. En recompensa a sus servicios, los Reyes Católicos, le regalaron una casa en el barrio del Realejo: la Casa del Gran Capitán. Esta casa, posteriormente, sería demolida y reconstruida al principio de la Cuesta del Chapíz, y es lo que hoy conocemos como El Palacio de los Córdova. A su muerte fue enterrado en el Monasterio de San Jerónimo, que sufragó junto con su esposa.
Las Cartas secretas entre Fernando el Católico y el Gran Capitán
Como buen estratega, el Gran Capitán mantuvo una profusa correspondencia con Fernando el Católico. Estas cartas estaban en su mayor parte encriptadas, con símbolos. Tras 500 años, en febrero de 2018, estas misivas han sido descifradas, gracias a la labor del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Código secreto del Gran Capitán y Fernando el Católico
Fernando el Católico y Gonzalo Fernández de Córdova usaban un lenguaje jeroglífico y misterioso, que estaba formado por 88 símbolos diferentes y 237 códigos de letras combinadas. Para cada letra existían de dos a seis caracteres figurativos, como triángulos, rayas o números, por lo que ni siquiera se podía descifrar mediante un sencillo ejercicio de repetición de símbolos. Además, para complicar más el asunto, los signos se escribían sin separar las palabras o frases.
Estas cartas ahora traducidas fueron expuestas en 2015 por el Museo del Ejército, de Toledo, y fue allí cuando se descubrió que en una misma hoja había un fragmento de carta y a la vez su traducción. Esto ayudó al CNI a traducir cuatro cartas en unos seis meses.
Las cartas descifradas versan sobre cuestiones tan diferentes como el envío de tropas, la administración de justicia, la recaudación y gestión de tributos. También que para que haya mayor integración se debía de impulsar los matrimonios entre las viudas del lugar y los soldados españoles.
Video – EFE – EuropaPress
El Monumento al Gran Capitán, nos acerca a la figura de un granadino de adopción, pero sobre todo a la personalidad de un hombre inteligente y de honor, que supo estar a la altura de su tiempo.
